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Malala Yousafzai.



Malala Yousafzai es una joven nacida en Míngora, Jaiber Pastunjuá, Pakistán. Su padre es Ziauddin Yousafzai y tiene dos hermanos. Habla pastún e inglés, y es conocida por su activismo a favor de los derechos civiles, especialmente de los derechos de las mujeres en el valle del río Swat, donde el régimen talibán ha prohibido la asistencia a la escuela de las niñas. A la edad de 13 años, Yúsafzai alcanzó notoriedad al escribir un blog para la BBC bajo el pseudónimo Gul Makai, explicando su vida bajo el régimen del Tehrik, Taliban Pakistan (TTP) y sus intentos de recuperar el control del valle, luego que la ocupación militar les obligara a salir a las zonas rurales. Los talibanes obligaron el cierre de las escuelas privadas y se prohibió la educación de las niñas entre 2003 y 2009.
En el 2009 el documental Pérdida de Clases, La muerte de la educación de la mujer (dirigido por Adam Ellick e Irfan Asharaf, del New York Times), muestra a Malala, su padre, Ziauddin Yúsafzai, y cómo la educación de las mujeres es difícil o imposible en esas áreas.

Esta injusticia, aunque parezca imposible en nuestros días, ocurre. Puedo calificar a Malala como una luchadora, una valiente y un modelo de coraje y fuerza para el resto del mundo, ¿ y por qué la veo de esta manera? pues porque la niña paquistanesa para poder ir a la escuela desafió a una de las milicias más crueles y violentas del mundo, que entre otras barbaries prohíbe la asistencia de las mujeres a clases. Hoy con 16 años a cuestas, lanza su biografía y se instala como una de las líderes sociopolíticas jóvenes más inspiradoras e influyentes del mundo. Un criminal ataque de bala en manos de un grupo talibán sorprendió a Malala cuando una mañana se dirigía a su escuela a estudiar; en contra de lo que exige el régimen extremista que prohíbe asistir a la escuela a las mujeres. El hecho generó en Pakistán y en el mundo entero el más feroz efecto boomerang: en vez de víctima Malala se convirtió en una heroína, en un símbolo. El destino quiso que esta niña en vez de vivir una vida como las de su edad, se haya transformado en una verdadera promesa política de futuro para su propia tierra. El atentado talibán que intentó convertir a Malala en mártir; consiguió convertirla en un símbolo. Y todo comenzó por querer asistir a la escuela.



Hoy, a los 16 años, además de disertar en los foros internacionales más importantes del mundo, escribió junto a su padre, su gran mentor, Ziauddin Yousafzai, su primera biografía "Yo soy Malala" ("I am Malala") . El libro publicado por una editorial británica apunta a los 61 millones de niños que no pueden estudiar en el mundo entero. Según la publicación digital norteamericana The Daily Beast, en la provincia de Malala en Pakistán, de los 700 mil niños que no reciben educación, 600 mil son niñas, a quienes se les seguirá negando el derecho a la educación, mientras no se les proporcionen los recursos y la seguridad para asistir a clase; a salvo de las diferentes facciones fundamentalistas islámicas que controlan el país y la zona en general.



Está claro que para la cultura talibán el lugar de la mujer se reduce a vivir casi ocultas dentro de las casas, a no poder salir solas a la calle, a transitar toda su vida con atuendos que las tapen casi por completo: rostro y cuerpo y a partir de los 18 años, entre otras cosas, a procrear.
Este año 2013 Malala fue nominada a recibir el premio Nobel de la Paz -la más joven hasta ahora nominada- y figura entre las 100 personas más influyentes, según la revista Time.



La joven paquistaní también recibió el Premio Nacional de la Paz en 2011, el Premio Simone de Beauvoir, en 2013, y recientemente el Premio Sájarov, ese mismo año, por su lucha por la educación de las mujeres en ese país. Tanto Malala como su padre viven amenazados de muerte por el régimen Talibán. Ella dice que nunca pensó que los talibanes fueran capaces de agredir a una niña.

 "Me preocupaba más mi padre. Pero llegué a preguntarme ¿qué harías, Malala, si llegara un talibán? Lo golpearía con un zapato, pensé", comentó la joven.
"Pero luego me dije, 'si te encuentras con un talibán con el zapato en mano entonces no habrá ninguna diferencia entre tú y el talibán', agregó Malala".


 Creo que después de conocer la admirable reacción e historia de Malala poco se puede decir. Para mi, esta muchacha es una figura histórica que recordaré con gran admiración el resto de mi vida ya que ha superado, en mi opinión, a los super héroes de mi infancia  pues no todo el mundo,  teniendo en cuenta en la situación en la que vivía y que a día de hoy otras muchas personas continúan sufiendo,  tiene el valor y el coraje  que tuvo ella. De esta manera sólo puedo decir que gracias a Malala Yousafzai hoy el mundo es un poco mejor. Eres una heroína.


Sofía Ramos González.

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